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jueves, 20 de diciembre de 2012

Energia



Introducción.

La provisión de electricidad en Argentina se remonta a fines del siglo XIX. En sus orígenes la oferta eléctrica se concentraba en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores y progresivamente se fue extendiendo al resto del país. Hacia mediados del siglo XX los principales actores del mercado eléctrico eran las empresas estatales Agua y Energía, que prestaba servicios de generación
y distribución a nivel nacional, SEGBA que hacía lo propio en el área metropolitana e HIDRONOR, empresa creada a fines de los ´60 para gestionar el polo de generación hidroeléctrica
que se instaló en el área del Comahue.

Hacia fines de los ‘60 aproximadamente el 70% de la oferta provenía de generación térmica, situación que se modificó radicalmente con las
nuevas centrales hidroeléctricas. Esta nueva fuente de oferta fue la respuesta del sistema eléctrico a la revolución tecnológica de mediados del siglo XX, con la difusión generalizada de los electrodomésticos que produjo un fuerte aumento del consumo eléctrico.

Las décadas de ‘70 y el ’80 fueron las “décadas de la hidroelectricidad. Precisamente hacia fines de los ochenta la hidroelectricidad aportaba casi el 50% de la oferta total. El sistema también incorporó energía nuclear, con la construcción de las centrales de Atucha en la Provincia de Buenos Aires, inaugurada en 1976 con 370 MW y Embalse, con 650 MW en la Provincia de Córdoba desde 1983.
El proceso de expansión de la oferta tuvo luces y sombras: si bien permitió absorber el aumento
de la demanda, hacia mediados de los ’80 mostraba signos de agotamiento, con numerosos problemas técnicos de mantenimiento y dificultades de financiamiento. Entre 1970 y 1980 la
oferta eléctrica medida en MW aumentó 107% (equivalente a 7,6% anual), mientras que entre
1980 y 1990, considerada la “década de la desinversión” aumentó 52% (4,3% anual).

En comparación, en la década del ’90 la oferta aumentó 57% (4,7% anual), incremento apenas superior al de los ’80 y claramente inferior al de los ’70. La diferencia de la década del ’90 con las anteriores radica en mejoras de eficiencia en el área de distribución y en el aprovechamiento operativo de inversiones realizadas anteriormente.
Hacia principios del nuevo siglo, el sistema eléctrico nacional debió afrontar graves inconvenientes como resultado de la caída de la demanda que acompañó a los últimos años de vigencia del régimen de convertibilidad. Por ese entonces, la erosión de las capacidades productivas y la grave recesión en que se sumió la economía obligaron al sector a operar con niveles de ineficiencia considerables como resultado de la subutilización de la capacidad de generación. Sin embargo, el veloz y marcado cambio en la tendencia de la actividad económica y el repunte de la actividad industrial que acompañó la implementación del nuevo esquema económico revirtieron esta situación.
En el nuevo contexto, las preocupaciones respecto del sector comenzaron a ser las opuestas, en tanto el acelerado crecimiento económico impuso la necesidad de volver a expandir rápidamente la oferta. A partir de 2007 el mercado eléctrico argentino recuperó el sendero de crecimiento interrumpido por la crisis de 2001, abasteciendo las necesidades de una economía en crecimiento.
La implementación de un vigoroso programa de inversión pública articulado con el sector privado fue uno de los pilares que sustentó la satisfactoria respuesta del sector a la demanda generada por el nuevo modelo económico. De esta manera, se incorporaron al sistema 3.000 MW de potencia en tan sólo tres años, abasteciendo la creciente demanda proveniente del sector industrial y del consumo residencial.

Situación actual del mercado energético.

La demanda del mercado eléctrico argentino cuenta con aproximadamente trece millones de clientes, de los cuales once millones corresponden al segmento residencial, un millón al sector comercial y el resto se reparte entre industria, organismos públicos y otros usuarios. El consumo residencial, el comercial y el de la pequeña y mediana industria es atendido por 75 distribuidoras, mientras que la gran industria y los grandes usuarios comerciales y de servicios adquieren su energía directamente de los generadores.
Las distribuidoras más grandes del país son EDESUR y EDENOR, que brindan servicios en el área metropolitana de Buenos Aires. La Provincia de Buenos Aires (incluyendo Ciudad de Buenos Aires) representa el 52% de la demanda nacional, seguida por Santa Fe con el 10%, Córdoba con el 8% y Mendoza con el 5%.

Marco regulatorio.
 Al momento de la reforma, que se ejecutó entre 1991 y 1993, el sistema eléctrico argentino se caracterizaba por la presencia casi exclusiva de empresas públicas de jurisdicción federal o provincial; la excepción estaba constituída por la presencia de empresas cooperativas que se desenvolvían esencialmente en el ámbito de la distribución. Las empresas de jurisdicción federal concentraban el manejo de las grandes centrales de generación, la mayor parte del transporte de alta tensión y la distribución el el ámbito del Gran Buenos Aires y a los grandes usuarios en todo el territorio nacional. En la mayor parte de las pcias. Existían empresas públicas de esa jurisdicción, que junto con las cooperativas desempeñaban casi exclusivamente la función de distribución.

La situación del contexto socioeconómico a los largo de los años 80 fue ocasionando un profundo deterioro en la gestión de las empresas públicas, especialmente de aquellas de carácter federal. Los retrasos en el ajuste de las tarifas y los contratos leoninos con el sector privado fueron dando lugar a un rápido incremento del endeudamiento y a fuertes desequilibrios financieros, que debían ser cubiertos por el tesoro nacional.

Hacia fines de la década el sistema energético argentino presentaba una situación de virtual insolvencia, que coincidió con una importante crisis de desabastecimiento ocasionada por un período de sequía y la alta indisponibilidad del parque térmico resultante de la falta de mantenimiento, todo lo cual contribuyó a justificar la necesidad de un fuerte cambio. La reforma energética fue impulsada desde la jurisdicción federal alcanzando en forma inmediata a todas las actividades que se encontraban bajo el control de ese ámbito. Dicha reestructuración se propuso mejorar la eficiencia productiva, mediante la introducción de competencia donde fuera posible, promover la participación del capital privado y proteger los intereses de los usuarios, regulando los mercados que tuvieran las características de monopolios naturales. Al igual que en el caso de las restantes industrias energéticas, la reforma implicó un drástico cambio en la organización productiva e institucional y una profunda modificación del papel del Estado, pasando de una modalidad de control central a una de mercado.

Este proceso implicó la desintegración vertical y la partición horizontal de las actividades del sistema, en distintas actividades: generación, transmisión, distribución y comercialización (ver arts. 5 a 9 ley 24.065), el traspaso de las unidades empresarias emergentes al sector privado y el establecimiento de los ppios. De incompatibilidad de funciones y de libre acceso de terceros a las redes de transporte y distribución.

De este modo, con las grandes centrales en manos de las ex empresas HIDRONOR,AGUA Y ENERGÍA  y SERVICIOS ELÈCTRICOS DE BUENOS AIRES(SEGBA), se crearon unidades productivas jurídicamente independientes que luego fueron privatizadas separadamente. La distribución eléctrica en el área metropolitana  que estaba en manos de SEGBA fue particionada en tres áreas de concesión, respecto de las que se crearon las correspondientes unidades empresarias (EDENOR, EDESUR Y EDELAP) y fueron entregadas a consorcios privados por licitación.

Aunque la mayor parte de las pcias. adhirieron las ppios. de la ley nacional 24.065, los gobiernos provinciales gozan de la facultad para definir los términos bajo los cuales concesionan la prestación del servicio eléctrico dentro de su territorio, por medio de marcos propios, salvo en lo que se refiere  a las compras interprovinciales de electricidad, debiendo ajustarse a las normas nacionales.

Existen en nuestro país dos mercados eléctricos mayoristas:

SADI(Sistema Argentino de Interconexión) que cubre casi todo el país, con excepción de la región Patagónica,y conforma el Mercado Electrico Mayorista(MEM)

MEMSP(Mercado Eléctrico Mayorista Sistema Patagónico, que abastece la región Patagónica, salvo el extremo sur del país.

Ambos mercados operan bajo similares reglas de funcionamiento, pero la fijación de los precios depende de las condiciones particulares de la oferta y demanda de cada uno.

La comercialización de energía en el Mercado Electrico Mayorista se efectúa de tres formas distintas:

Mercado Spot: Los precios varían en forma horaria en función de los costos de producción, es decir, se establecen sobre la base de las declaraciones de costos marginales de las centrales generadores, de modo tal que los generadores pueden vender la energía en el mercado a través de este precio spot.

Mercado Estacional: Se definen dos períodos semestrales en el año y en cada uno de ellos se define un precio estabilizado de la energía en función de lo que se espera que va a costar durante los próximos seis meses,  revisable por períodos tremestrales.
Ello tiene por finalidad dismunuir la volatilidad de los precios del mercado spot a fin de que la tarifa de los usuarios finales sea más estable. Los distribuidores pueden comprar a ese precio estacional y las diferencias con respecto a los precios del mercado spot se cargan al período siguiente.

Mercado a Término: Se establece entre generador y distribuidor a través de un contrato en el que se pactan libremente las condiciones, cantidades y precios.
Entes de Fiscalización y Control

En el ámbito nacional la máxima autoridad es la Secretaría Nacional de Energía, cuyas ppales. funciones son:

Definir e implementar las políticas energéticas.
Dictar la normativa regulatoria a la que deben ajustarse los agentes de la industria eléctrica.
Autorizar el ingreso y egreso de los agentes del MEM.
Otorgar las concesiones para el aprovechamiento de los recursos hidroléctricos en cursos de agua interprovinciales, previo acuerdo con las autoridades de las pcias. Involucradas.

Asimismo realiza periódicamente un análisis a través del cual hace el seguimiento de la evolución del sistema con el fin de anticipar eventuales problemas futuros de abastecimiento.

La autoridad técnica en la operación del sistema es la compañía Administradora del Mercado Mayorista SA(CAMESSA), que además de hacer las liquidaciones mensuales de cobros y pagos de los agentes, tiene a su cargo el despacho de cargas y asesora al ENRE en los estudios de transporte de la red de alta tensión.

Por su parte el ENRE (Ente Nacional Regulador de Energía) tiene como misión fundamental controlar el cumplimiento de la normativa vigente para las actividades reguladas (transporte y distribución).

Sus ppales. funciones son:

Controlar el cumplimiento de los términos de los contratos de concesión otorgados por el gobierno nacional.
Fiscalizar y autorizar las revisiones periódicas de las tarifas de los servicios regulados en la órbita federal.
Prevenir conductas anticompetitivas entre los agentes.
Intervenir en los eventuales conflictos entre agentes del MEM y defender los derechos de los consumidores cautivos, organizando audiencias para el tratamiento de los temas conflictivos.

La autonomía constitucional permite a las pcias. Establecer condiciones propias en las prestación de los servicios, en particular la electricidad, asi como fijar impuestos y tasas sobre las actividades económicas desarrolladas dentro de su territorio. La convivencia de esta autonomía con la apertura obligatoria de las redes de distribución eléctrica pcial para permitir el acceso de los grandes usuarios localizados en el territorio pcial al mercado mayorista potenció los conflictos asociados a la competencia desleal entre generadores del MEM y los distribuidores locales.

De este modo, la mayoría de las jurisdicciones pciales. Cuenta con su propìo ente regulador para controlar el cumplimiento de los términos de los contratos de concesión de la distribución eléctrica dentro de su territorio. Las funciones ppales. De estos entes reguladores son el control de la calidad del servicio prestado y la autorización de los ajustes tarifarios dentro del territorio pcial.


Centrales Eléctricas.

Una central productora de energía es cualquier instalación que tenga como función transformar
energía potencial en trabajo.
Las  centrales  eléctricas  son  las  diferentes  plantas  encargadas  de  la  producción  de  energía
eléctrica  y  se  sitúan,  generalmente,  en  las  cercanías  de  fuentes  de  energía  básicas  (ríos,
yacimientos  de  carbón,  etc.).  También  pueden  ubicarse  próximas  a  las  grandes  ciudades  y
zonas industriales, donde el consumo de energía es elevado.
Los  generadores  o  alternadores  son  las  máquinas  encargadas  de  la  obtención  de  la
electricidad. Estas maquinarias son accionadas por motores primarios. El motor primario junto
con el generador forman un conjunto denominado grupo.

Tipos de centrales.

Los  diferentes  tipos  de  centrales  eléctricas  dependen  de  las  distintas  materias  primas
empleadas  para  obtener  la  energía  eléctrica.  Pueden ser:

Hidráulicas:

El  costo  de  construcción  de  estas  centrales  es  elevado  pero  se  compensan  con  los  bajos
gastos  de  explotación  y  mantenimiento  luego  la  puesta  en  marcha  de  las  mismas.  Como
consecuencia de esto, las centrales hidráulicas son las más rentables en comparación con los
restantes tipos.
Estas  centrales  suelen  ubicarse  lejos  de  los  grandes  centros  de  consumo  y  el  lugar  de
asentamiento de las mismas está condicionado por las características del terreno.
Las turbinas hidráulicas son accionadas por el agua como consecuencia de la energía cinética
o  a  la  de  presión  que  ha  desarrollado  en  su  descenso.  Anteriormente,  el  agua  es  retenida,
encauzada y controlada.

Nucleares:

La producción de energía se logra mediante la transformación previa de la energía nuclear.
Un  combustible  nuclear,  el  uranio,  y  un  reactor  nuclear  reemplazan  a  los  combustibles  y  a  la caldera de la central térmica. En el reactor tiene lugar la fisión del uranio (rotura en cadena de
los  núcleos  de  los  átomos  de  este  elemento  químico),  que  al  liberar  una  gran  cantidad  de
energía origina el calor preciso para la obtención del vapor de agua.
Las  centrales  nucleares  o  termonucleares  utilizan  las  turbinas  de  vapor  como  maquinas
motrices. 
El reactor y los sistemas de instalación deben ser sometidos a una continua refrigeración, por
lo tanto, la localización de estas centrales depende de la disponibilidad de caudales de agua de
valor determinado y regular.
Estas  centrales  se  construyeron  con  el  propósito  de  aprovechar  al  máximo  los  recursos
energéticos  naturales,  pero  presentan  un  alto  costo  de  construcción  y  una  escasa  prestación
de energía eléctrica.

Mareomotrices:

La energía eléctrica es consecuencia de la energía de las mareas. Parten del cambio de nivel
periódico y las corrientes de agua de mares, océanos, lagos, etc. 
Cuando la marea está alta, se retiene agua del mar en la zona de embalse; al bajar la marea, el
agua retorna al mar a través de las maquinas, haciendo funcionar las mismas. 
El  conjunto  de  "máquina  motriz  –  generador"  se  denomina  grupo-bulbo  y  en  su  interior  se
ubican  un  generador,  los  equipos  correspondientes  y  una  hélice  (turbina  eléctrica  del  tipo
Kaplan de eje horizontal o inclinado).

Geotérmicas:

Las altas temperaturas que existen en el interior del globo terráqueo producen un vapor natural
a 200°C aproximadamente. Esta energía térmica acciona directamente las turbinas de vapor de
las centrales geotérmicas. 
El  subsuelo  terrestre  es  una  reserva  de  energía  prácticamente  inagotable,  pero  es  de  difícil
acceso y por lo tanto poco aprovechable. 

Eólicas:

Estas centrales utilizan a los vientos o corrientes de aire para generar la energía eléctrica. 
Su utilización se limita a situaciones especiales debido a que la obtención de energía eléctrica
a través de estas centrales, tiene un elevado costo. El  viento  puede  ser  aprovechado  a  partir  de  ciertas  velocidades  (mínima  6  m/s),  solo  en  las
centrales eólicas de un tamaño considerable.

Solares o heliotérmicas:

En  un  primer  procedimiento,  la  energía  luminosa  y  térmica  proveniente  del  Sol  en  forma  de radiación  electromagnética  es  transformada  en  energía  eléctrica  mediante  el  empleo  de
células. La obtención  de  este  tipo  de energía  es  muy  irregular, debido  a  que  depende  de las  variaciones horarias y estacionales y de las modificaciones en la nubosidad.

Hidrotérmicas:

Estas  centrales  producen  la  energía  a  través  del  aprovechamiento  de  la  energía  tér
grandes extensiones de agua. El lugar de emplazamiento de estas centrales suele ser en los mares y océanos

Térmicas:

El  alimento  de  estas  centrales  está  constituido  por  los  distintos  combustibles  sólidos  (carbón
mineral); líquidos (gas-oil y fuel-oil, originados en la refinación del petróleo crudo); y gaseosos
(gas natural).  La energía eléctrica surge como consecuencia de la energía térmica de combustión. 
La proximidad a un yacimiento de carbón, o a una refinería de petróleo o a un grupo industrial
son algunos de los condicionantes del lugar donde estas centrales pueden ubicarse. 
El  vapor  de  agua  producido  en  una  caldera  posibilita  el  funcionamiento  de  las  turbinas  de
vapor (máquinas motrices) al hacer girar el eje de dichas máquinas. 

Clasificación:

Las Centrales Eléctricas pueden clasificarse dependiendo del servicio que brinden:

Centrales de Base o Centrales Principales.

Su función es suministrar energía eléctrica en forma permanente; la instalación suele estar en
marcha durante largos períodos de tiempo y no debe sufrir interrupciones de la instalación.
Este  tipo  de  centrales  se  caracterizan  por  su  alta  potencia,  y  generalmente,  se  trata  de
centrales nucleares, térmicas e hidráulicas.
Centrales de Punta.

Estas  centrales  tienen  como  principal  función  cubrir  la  demanda  de  energía  eléctrica  cuando
existen picos de consumo, o sea horas punta. Trabajan en espacios cortos de tiempo durantes
determinadas horas, su funcionamiento es periódico.
Debido a la capacidad de respuesta necesaria, generalmente suelen ser centrales hidráulicas o
térmicas.  Las centrales de punta sirven de apoyo a las centrales de base.

Centrales de Reserva.

El  concepto  de  reserva  económica  implica  la  disponibilidad  de  instalaciones  capaces  de
sustituir, total o parcialmente, a las centrales de base en las siguientes situaciones: escasez o
falta de materias primas (agua, carbón, fuel-oil, etc.).
El  concepto  de  reserva  técnica  comprende  la  programación  de  determinadas  centrales  para
reemplazar a las centrales de producción elevada en el caso de fallas en sus maquinarias. Las
centrales  a  las  que  se  suele  recurrir  en  esos  casos  son  las  hidráulicas  o  con  turbinas  de  gas
debido a la rápida capacidad de respuesta. 

Centrales de Socorro.

Si bien tienen el mismo propósito que las centrales anteriores, se diferencian en que estas son
pequeñas centrales autónomas y transportables en camiones, trenes o barcos.
Suelen ser accionadas por motores Diesel.

Energías renovables.

Se denomina energía renovable a la energía que se obtiene de fuentes naturales virtualmente inagotables, ya sea por la inmensa cantidad de energía que contienen, o porque son capaces de regenerarse por medios naturales. Entre las energías renovables se cuentan la eólica, geotérmica, hidroeléctrica, solar, y la biomasa .

Energía eólica.

La energía eólica hace referencia a aquellas tecnologías y aplicaciones  en  que  se  aprovecha  la  energía  cinética  del  viento, convirtiéndola a energía eléctrica o mecánica. Se pueden distinguir dos tipos de aplicaciones: las instalaciones  para la producción de electricidad y las instalaciones de bombeo de agua. Entre las instalaciones de producción de electricidad se  pueden distinguir instalaciones aisladas, no conectadas a la red  eléctrica  e  instalaciones  conectadas,  normalmente,  denominadas  parques  eólicos.  Las  instalaciones  no  conectadas  a  la  red, cubren  aplicaciones  de  pequeña  potencia,  principalmente de electrificación rural. Las aplicaciones conectadas a la red eléctrica, por otra parte, son las que permiten obtener un  aprovechamiento energético mayor, son además las que presentan las mejores expectativas de crecimiento de mercado.
En términos generales no se requieren grandes velocidades de viento para producir energía, más bien al contrario, cuando el viento es demasiado intenso se hace necesario detener los equipospara evitar deterioro. En la mayoría de los casos, un equipo comienza a generar energía con una velocidad del viento de 4 metros por segundo (m/s), equivalente a unos 15 km/h. Entrega su potencia máxima cuando la velocidad es del orden de los 12 a 15m/s (40 a 55 km/h) y es necesario sacarla de servicio cuando alcanza 25m/s (90km/h).
Existen dos tipos principales de máquinas que aprovechan la energía contenida en el viento: los molinos, que se utilizan fundamentalmente para bombeo mecánico de agua, y los aerogenedores de electricidad.

Molinos.

Es  muy  común  en  el  campo  la  utilización  para  extraer  agua  del  subsuelo.  El  equipo  utilizado  se  denomina molino multipala en razón de estar compuesto por un número elevado (12 a 16) de palas. La razón de este sistema radica en que con muy baja velocidad de viento (apenas una brisa) está en condiciones de trabajar. Al girar acciona mecánicamente una bomba que extrae el agua necesaria.El diseño de este tipo de molino es de origen norteamericano, introducido en Argentina a mediados del siglo pasado y hoy de fabricación nacional. También es muy utilizado en Australia, Sudáfrica, Holanda y Dinamarca.

Aerogeneradores.

Estos equipos están especialmente diseñados para producir electricidad. En la actualidad se fabrican máquinas comerciales de muy variados tamaños, desde muy bajas potencias (100 a 150 W) hasta 700 y 800 Kw. y ya están superando la etapa experimental modelos de hasta 1.500 Kw. de potencia. A diferencia de los molinos, estos equipos se caracterizan por tener pocas palas porque de esta manera alcanzan a desarrollar una mayor eficiencia de transformación de la energía primaria contenida en el viento. Si bien existen algunos de una sola pala, los de dos o tres son lo más utilizados. Sintéticamente un aerogenerador está conformado por dos elementos principales: un rotor compuesto por un eje y la o las palas que es accionado por el viento, y un generador que se mueve por arrastre del rotor. Los rotores de los aerogeneradores de potencia mediana en adelante (más de 20 Kw.) no desarrollan gran número de revoluciones, considerándose como normal el orden de 60 a 70 revoluciones por minuto. Teniendo en cuenta que los generadores normalmente trabajan a unas 1.500 r.p.m., para adecuar las distintas velocidades de trabajo de estos dos elementos se intercala una caja multiplicadora.
Se puede diferenciar a los aerogeneradores en dos grandes grupos según sea la posición del eje de rotación: de eje vertical y de eje horizontal.
Los aerogeneradores de eje vertical tienen la ventaja de no necesitar orientarse respecto a la dirección de donde  sopla el viento, porque cualquiera sea ella, acciona en la misma forma sobre su rotor. Además, los equipos de  generación y control se ubican al pié de la estructura simplificando de esta manera el acceso a los mismos y  abaratando por consiguiente el mantenimiento. También ofrecen una robustez y resistencia destacable para ser  utilizados en zonas de vientos arranchados y de direcciones cambiarias. Como principal elemento desfavorable se puede mencionar que la eficiencia de conversión energética es algo menor que la de los del otro tipo.
En los aerogeneradores de eje horizontal,  el plan de rotación debe conservarse perpendicular a la dirección del viento para poder captar la máxima energía. En consecuencia, para adecuarse a las variaciones de dirección, debe instalarse algún mecanismo que oriente la posición del rotor. En equipos pequeños y medianos (hasta  unos 10 ó 15 Kw.) el sistema de orientación es sencillo y mecánico, representado por un timón de cola que  reacciona en forma automática.
En  equipos  de  mayor  tamaño  y  muy  especialmente  en  los  grandes  (de  más  de  100  Kw.),  la  orientación  del  equipo se controla electrónicamente a través de un sistema computarizado. El generador, así como la caja de  multiplicación, están ubicados en el cuerpo del equipo, que se encuentra en la parte superior de la torre. Este  trae aparejado por un lado la necesidad de un importante cableado para conducir la corriente generada y las  señales enviadas al sistema de control y por otro el inconveniente que cuando se produce alguna avería o se  efectúa un control de rutina, es necesario subir a la torre.

El uso de toda fuente energética presenta tanto ventajas como desventajas, por lo que es importante, antes de emprender una utilización, efectuar un balance entre los pro y los contra de una u otra posible a utilizar. La energía eólica, por supuesto, no puede escapar a esta premisa. Como principales ventajas se pueden mencionar

*  es inagotable
*  no es contaminante
*  es de libre acceso (gratuita)
*  se puede aprovechar en la medida de las necesidades del momento
En cambio las mayores desventajas indican:
*  se encuentra dispersa,
ñ  es intermitente y aleatoria (no continua).

Argentina es un país con larga tradición eólica. Se estima que la llanura pampeana cuenta aún hoy con la mayor concentración de molinos de campo de todo el mundo, con mas de 400.000 ejemplares en existencia. Si bién las primeras máquinas de viento equipadas para generar electricidad aparecieron a comienzos del siglo pasado, la novedad de su tecnología y sus mayores costos relativos resultaron barreras insalvables para su difusión en una época dominada por los combustibles fósiles. Fue el principio del fin de la era del petróleo barato en 1973 lo  que  marcó  el  renacer  del  viento  como  fuente  energética  viable.  Actualmente  el  alto  grado  de  desarrollo
alcanzado  por  los  aerogeneradores  modernos  permite  al  viento  aportar  un  porcentaje  relevante  de  la generación eléctrica en muchos países. El primer parque eólico comercial argentino se instaló en Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut, en 1994 (500 kW).
Nuestro país, pionero en Latinoamérica, dispone actualmente de 13 parques eólicos localizados en 6 provincias que suman una potencia instalada de 29,7 MW, registrando un interesante factor de planta medio cercano al 30%, aun cuando los parques funcionando en la Patagonia alcanzan regularmente factores de utilización muy superiores, con valores tan altos como 40% o mas. Varios de estos emprendimientos han crecido al amparo de los beneficios fiscales concedidos por el “Régimen Nacional de la Energía Eólica y Solar” introducido por la Ley  25.019/98. 
La Ley 26190 establece el “Régimen de fomento nacional para el uso de fuentes renovables de energía destinada a la producción de energía eléctrica “. La ley declara de interés nacional la generación de energía eléctrica a partir del uso de fuentes de energía renovables con destino a la prestación de servicio público como así también la investigación para el desarrollo tecnológico y fabricación de equipos con esa finalidad.
Establece como objetivo del  presente régimen, lograr la contribución de las fuentes de energía renovables hasta  alcanzar el  OCHO POR CIENTO (8%) del consumo de energía eléctrica nacional en el plazo de DIEZ (10) años a partir de la puesta en vigencia del presente régimen.
Los beneficios que establece la Ley son un régimen de inversión por un periodo de 10 años y una remuneración adicional respecto del  precio de mercado de la energía según las distintas fuentes por un periodo de 15 años.
Las perspectivas del país en materia de energía eólica son francamente alentadoras. Se estima que el potencial eólico patagónico al sur del paralelo 42 encierra una energía decenas de veces mayor al contenido en toda la producción  anual  argentina  de  petróleo.  Mas  aún,  no  solo  el  extremo  sur  argentino  posee  condiciones favorables para la instalación de granjas eólicas, existen asimismo numerosas regiones aptas en las provincias de Río Negro y Neuquén, en varias zonas serranas y costeras de la provincia de Buenos Aires, y en muchos otros sitios puntuales de todo el país.

Energía Geotérmica.

Se entiende por energía geotérmica a aquella que, aprovechando  el  calor  que  se  puede  extraer  de  la  corteza  terrestre,  se  trans-forma en energía eléctrica o en calor para uso humano o procesos industriales o agrícolas. La Tierra almacena en forma de calor  gran cantidad de energía. Diferentes hipótesis tratan de explicar  a  que  se  deben  estas  altas  temperaturas  existentes  sobre  el
origen y posterior evolución del planeta. Las explicaciones más convincentes atribuyen a la acción combinada  de  varios  fenómenos  naturales,  entre  los  que  adquieren especial importancia los efectos residuales de la materia incandescente  que  constituyó  las  etapas  iniciales  y  la  contribución calórica proveniente de la desintegración de elementos radiactivos de vida prolongada.
En forma esquemática y simple, se puede considerar que la tierra está conformada por tres capas concéntricas, desde la superficie hasta su centro, ubicado a una profundidad de 6.357,78 km. Estas tres capas son:La superficial denominada CORTEZA TERRESTRE, está constituida por rocas en estado sólido y que podemos observar en forma directa.
La segunda capa, denominada MANTO, se halla inmediatamente debajo de la anterior.
Los materiales que la constituyen tienen una composición mineralógica completamente distinta de las de las rocas de la parte superficial, y una densidad bastante mayor.
Debido a las altas temperaturas existentes a esas profundidades y a la naturaleza de su constitución, esos materiales se hallan en estado semifundido, otorgándole al manto un comportamiento dinámico semejante al de una masa plástica. Si bien no se puede comprobar visualmente, estudios geofísicos permiten suponer que las características observadas en la parte superior del manto se acentúan gradualmente hasta la profundidad de 2.900 Km. A partir de allí nos internamos en la tercera capa denominada NÚCLEO caracterizada porque los componentes minerales que la constituyen poseen una densidad muy superior a las de las capas anteriores.

Este proceso se puede corroborar cada vez que se efectúa una perforación, aunque sea de relativa poca profundidad. Las temperaturas que se registran son siempre mayores en los niveles más profundos. Es conveniente aclarar, para evitar confusiones, que en los casos en que la perforación es muy superficial (y también en los primeros tramos de otras más profundas) el efecto mencionado no es observable por la presencia de aguas infiltradas  circulantes  que  enmascaran  el  proceso  térmico.  Si  esas  aguas  se  conservaran  más  tiempo  y  no recibieran un constante aporte, alcanzarían la temperatura correcta.

Por regla general, en el sector más superficial de la corteza, la temperatura aumenta en un valor promedio de 3 grados centígrados por cada 100 metros de profundidad. Esta variación se conoce
como  “gradiente  geotérmico”.  Cuando  los  valores  de  ese  gradiente  se  encuentran  entre  2  y  5°C  cada  100 metros se consideran normales, mientras que los valores que exceden 5°C/100 m, habrá a 1.500 metros una temperatura de 180°C aproximadamente.

Además de las perforaciones de exploración, la explotación de un yacimiento geotérmico, al igual que uno petrolero,  requiere  de  un  cierto  número  de  pozos  de  producción  que,  llegando  hasta el  acuífero,  también denominado “reservorio”, permitan que el agua caliente o vapor suban a la superficie.
Es  muy  importante  tener  en  cuenta  que  la  explotación  de  un  yacimiento  geotérmico  debe  efectuarse  de manera tal que el volumen de agua caliente o vapor que de él se extrae, no sea mayorque la recarga natural de agua que alimenta al acuífero. Sólo bajo estas condiciones, el recurso energético puede ser considerado como una fuente de carácter “renovable”.

Existen dos formas básicas de uso de la energía de origen geotérmico:

USO  DIRECTO  DEL  CALOR,  que  se  aplica  para  calefaccionar  viviendas  u  otros  tipos  de  edificios;  para procesos industriales que utilizan calor, como por ejemplo las fábricas de celulosa, papel, conservas, harinas de pescado; para el secado de frutas y vegetales en general; para calefacción de invernaderos, establos y criaderos, para piscicultura, para calentamiento de suelos de cultivos en zonas frías, para derretir la nieve de los caminos.
Para cada una de estas aplicaciones es necesario que la temperatura del agua sea adecuada.
Entre  los  países  que  utilizan  el  calor  geotérmico  para  procesos  industriales,  agrícolas  y  de ambientación  se pueden mencionar Islandia, Rusia, Hungría, Nueva Zelanda y otros.

USO ELÉCTRICO DEL FLUIDO. Consiste en la generación de electricidad mediante instalaciones similares a las usinas térmicas convencionales. La diferencia radica en el origen del vapor que mueve las turbinas que alimentan el generador eléctrico.
En  una  usina  térmica  convencional  el  vapor  “se  fabrica”  quemando  derivados  de  petróleo, gas  o  carbón, mientras que en la usina o planta geotérmica no es necesario gastar combustible pues es provisto directamente por la naturaleza.
Naturalmente este proceso no es tan simple como se menciona. En general el vapor viene mezclado con agua y ésta, a su vez, tiene disueltas sales. Será entonces necesario separar el vapor del agua para que pueda ser derivado a las turbinas
La única manera que hasta el presente permite forma técnica y económicamente aceptable disponer del calor contenido en el interior de la tierra para su utilización como recurso energético, consiste en extraerlo del agua caliente  o  el  vapor  contenido  en  los  acuíferos  hidrotermales.  Pero  hallar  una  zona  apta  para  ser  explotada energéticamente  requiere  de  un  proceso  exploratorio  consistente  en  una  sucesión  de  etapas  en  las  que  se conjugan  estudios  geológicos  ygeofísicos  progresivamente  crecientes  en  especificidad  y  complejidad,  y consecuentemente en inversión.
La  experiencia  acumulada  en  el  mundo  ha  demostrado  que  las  dimensiones  superficiales  de  un  yacimiento geotérmico se hallan comprendidas entre 10 y 100 km2. Si se tiene en cuenta que el proyecto de exploración se inicia sobre la totalidad de una zona, cuya extensión casi siempre sobrepasa los 15.000 km2, la localización de posibles yacimientos requieren intercalar etapas intermedias.
La primera se denomina de Reconocimiento y consiste en la realización de estudios con métodos superficiales a efectos de detectar las áreas de mejores posibilidades para continuar la exploración. Normalmente se explora sobre áreas de más de 10.000 km2.
La segunda etapa denominada Prefactibilidad, ya sobre superficies de entre 500 y 2.000 km2, busca definir las características del yacimiento geotérmico para determinar la ubicación de los pozos de exploración.
Finalmente en la etapa de Factibilidad se verifica la posibilidad técnica y económica de aprovechamiento del yacimiento y se definen los posibles sistemas de explotación.
Es importante no perder de vista que a medida que se avanza en el proceso, el monto de las inversiones va creciendo significativamente, por lo que se hace sumamente necesario evaluar detenidamente la conveniencia de llevar adelante una nueva etapa.

Si bien en la Argentina existen mas de trescientos puntos de interés geotérmico, en solo cuatro de ellos podría generarse energía eléctrica con este recurso, a saber: Copahue (Neuquén), Domuyo (Neuquén), Tuzgle (Jujuy) y Valle del Cura (San Juan).
Las dificultades más grandes para un desarrollo sostenido de energía geotérmica con fines eléctricos se encuentran en los elevados costos de la exploración y lo alejado de las zonas pobladas de las principales áreas de interés geotérmico.
En  cuanto  a  la  posibilidad  de  efectuar  aprovechamientos  calóricos,  cada  caso  debe  ser  estudiado  muy cuidadosamente sopesando el costo del aprovechamiento y la importancia de la actividad económica en juego.Se han realizado algunos aprovechamientos además de los usos en balneoterapia (de gran desarrollo provincial en la actualidad) en distintos puntos del país, se puede mencionar la calefacción de algunos albergues en la zona de Las Ovejas (al Norte de la provincia del Neuquén, cerca de Cerro Domuyo). Se tiene en estudio algunos posibles aprovechamientos calóricos de tipo industrial (básicamente secado de productos agrícolas).

Energía Hídrica/Hidroeléctrica.

La  hidroeléctrica  es  la  mayor  fuente  de  energía  renovable explotada por el hombre, y consiste en la conversión en electrici-dad de la energía potencial gravitatoria contenida en los saltos de agua.  Comprende  tanto  los  aprovechamientos  llamados  de acumulación (agua embalsada por un dique) como los denomina-dos  “de  paso”  (o  de  agua  fluyente).  Comparada  con  otras fuentes  renovables,  la  hidroeléctrica  se  caracteriza  por  poseer mayor tradición tecnológica, factor de utilización y previsibilidad en la disponibilidad del recurso.
Las primeras centrales hidroeléctricas comerciales del mundo se instalaron  hacia  finales  del  siglo  XIX  y  eran  ciertamente  muy pequeñas de acuerdo a los estándares actuales. Hoy en día sin
embargo,  el  agua  abastece  cerca  del  20%  de  la  demanda eléctrica mundial.

El principal componente de una central hidroeléctrica es una turbina hidráulica. La energía que una turbina hidráulica extrae del agua depende tanto del caudal que conduce como de la diferencia de altura existente entre los reservorios superior e inferior, denominada caída o “salto aprovechable”. Por el contrario, una rueda hidráulica (mucho menos eficiente) aprovecha directamente la energía cinética de la corriente.
Los  modelos  comerciales  de  turbinas  hidráulicas  responden  a  muy  variado  diseño,  dependiendo  de  las características  de  cada  central  y  esencialmente,  del  salto  que  aprovechan.  En  este  sentido,  las  centrales hidroeléctricas se equipan con turbinas tipo Pelton (altas caídas), Francis (caídas medias a altas), o hélice o Kaplan (bajas caídas), que en conjunto son las mas comunes. Sin embargo las centrales de muy bajas caídas (como las emplazadas en canales de riego) requieren máquinas mas refinadas como las turbinas tubulares o los  grupos bulbo, en los que el generador eléctrico se encuentra alojado en el interior de una “góndola” sellada situada en el interior de la tubería de presión. Los pequeños aprovechamientos utilizan con ventaja las características de las turbinas de flujo cruzado tipo Michell-Banki, que si bien no poseen los rendimien-tos de las anteriores, son mas versátiles y fáciles de construir y mantener.

Constructivamente  los  aprovechamientos  hidroeléctricos  corresponden  (esencialmente)  a  tres  grandes esquemas:
*  De embalse, con central a pie de presa
*  De pasada, y alta caída, que aprovechan la pendiente del terreno
*  De pasada, y baja caída, construidos sobre ríos de llanura y canales de riego
Los aprovechamientos de pasada no requieren reservorio, pero al carecer de capacidad de almacenamiento son altamente dependientes de las variaciones naturales del caudal del río. Contrariamente, los aprovechamientos a  embalse  pueden  ser  “despachados”  y  ajustarse  rápidamente  a  las  variaciones  de  demanda,  que  es  una característica muy valiosa para el sistema eléctrico.

Dada su naturaleza renovable, la hidroeléctrica es una forma de generación eléctrica que no implica la producción de desechos ni la emisión de gases de efecto invernadero. La sustentabilidad de los grandes embalses en cambio, es un tema debatido entre los especialistas y depende sobremanera de la definición que se tenga de ella. En cualquier caso entre las ventajas que reporta la generación hidroeléctrica es posible señalar:
*  Generación limpia, económica (no hay costo de combustible) e inagotable
*  Sustitución de combustibles fósiles y ahorro de sus emisiones contaminantes
*    Posibilidad  de  beneficios  adicionales  como  riego,  agua  potable,  turismo  y  recreación,  además  de  la
generación de electricidad
*  Larga vida útil
*    Empleo  de  recursos  y  mano  de  obra  nacionales.  Tanto  la  construcción  de  las  obras  civiles  como  del equipamiento hidroelectromecánico puede ser encomendado a empresas argentinas.
Por supuesto no hay forma de generación eléctrica que no tenga un impacto ambiental de mayor o menor severidad, y las grandes hidroeléctricas (y las renovables en general) no son la excepción.
Entre las principales desventajas y/o objeciones de orden económico y ambiental que los aprovechamientos hidroeléctricos deben enfrentar es oportuno citar:
                  *  Mayor costo unitario (u$s/kW) que otro tipo de centrales
                  *  Mayores períodos de estudio y construcción
                  *  Posible inundación de áreas ribereñas
                  *  Eventual relocalización de poblados
En Argentina la hidroeléctrica posee una alta cuota de participación en la generación eléctrica total  (38% en promedio).  Históricamente,  la  construcción  de  los  grandes  aprovechamientos  que  hoy  prestan  servicio  ha favorecido la creación de empleo, la promoción económica y social de sus zonas de influencia, y la concreción de importantes obras de infraestructura para riego, provisión de agua potable, turismo y control de inundaciones.
Como aspectos salientes de ese desarrollo actual y potencial se pueden mencionar:
*  El 38% de la capacidad instalada total es hidroeléctrica (9761 MW)
*    De  casi  un  centenar  de  Centrales  en  servicio,  sólo  3  grandes  plantas  (Yacyretá,  Piedra  del  Águila  y  Salto
Grande) contribuyen con casi el 50% de la generación hidráulica total.
*  Yacyretá será la central eléctrica mas grande del país cuando esté terminada (3100 MW).
*  Es aún modesto el aprovechamiento del potencial hidráulico total (22%).

Energía solar.

Se define energía solar a aquella que mediante conversión a calor o electricidad se aprovecha de la radiación proveniente del sol. Nuestro planeta recibe del sol una cantidad de energía anual de aproximadamente    1,6  millones  de  kWh,  de  los  cuales  sólo  un  40% es aprovechable, una cifra que representa varios cientos de  veces la energía que se consume actualmente en forma mundial; es una fuente de energía descentralizada, limpia e inagotable. El aprovechamiento energético está entonces condicionado por la intensidad de radiación solar recibida por la tierra, los ciclos diarios y anuales a los que está sometida y las condiciones climatológicas del lugar.

El aprovechamiento de la energía solar requiere de la utilización de dispositivos que capten la energía proveniente del sol y la transformen en otra forma de energía compatible con la demanda
que se pretende satisfacer. Existen  dos  alternativas  posibles  para  realizar  estas  transformaciones:  la  conversión  fototérmica  y  la conversión fotovoltaica.

Conversión fotovoltaica.

La  tecnología  fotovoltaica  busca  convertir  directamente  la  radiación  solar  en  electricidad.  Basada  en  el efecto fotoeléctrico, en el proceso emplea unos dispositivos denominados celdas fotovoltaicas, los cuales son semiconductores sensibles a la luz solar; de manera que cuando se expone a esta, se produce en la celda una circulación de corriente eléctrica entre sus dos caras.
Los componentes de una sistema fotovoltaico dependen del tipo de aplicación que se considera (conectada o no a la red) y de las características de la instalación.
Una instalación fotovoltaica aislada está formada por los equipos destinados a producir, regular,acumular y transformar la energía eléctrica. Y que son los siguientes:

Celdas fotovoltaicas

Es dónde se produce la conversión fotovoltaica, las más empleadas son las realizadas con silicio cristalino. La incidencia de la radiación luminosa sobre la celda crea una diferencia de potencial y una corriente aprovechable.

Placas fotovoltaicas.

Son un conjunto de celdas fotovoltaicas conectadas entre sí, que generan electricidad en corriente continua.

Regulador de carga.

Tiene por función proteger a la batería contra las sobrecargas y contra las descargas. Además se emplea para proteger a las cargas en condiciones extremas de operación, y para proporcionar información al usuario.

Baterías

Son el almacén de la energía eléctrica generada. En este tipo de aplicaciones normalmente se utilizan baterías estacionarias,  las  que  tienen  como  característica  de  operación  más  importante  al  ciclado;  durante  un  ciclo diario, la batería se carga durante el día y se descarga durante la noche; sobrepuesto al ciclado diario hay un ciclo estacional, que está asociado a períodos de reducida disponibilidad de radiación.

Ondulador o Inversor

Transforma la corriente continua (de 12, 24 o 48 V) generada por las placas fotovoltaicas y acumulada en las baterías a corriente alterna (a 230 V y 50 Hz).

Los sistemas fotovoltaicos se pueden clasificar en dos grandes grupos de acuerdo a si están conectados a la red o no.
Los que no están conectados a la red suelen cubrir pequeños consumos eléctricos en el mismo lugar en el que se produce la demanda, por ejemplo para  electrificación de hogares alejados de la red eléctrica, alumbrado público, aplicaciones agrícola  – ganaderas, señalización y comunicaciones, sistemas de depuración de aguas.
A  diferencia  de  estos,  los  sistemas  conectados  a  la  red  se  ubican  en  forma  de  centrales  fotovoltaicas  o  en sistemas integrados en edificios.

Conversión fototérmica.

Con respecto a la tecnología solar térmica que convierte la energía radiativa en calor, su principal componente es el captador, por el cual circula un fluido que absorve la energía radiada del sol. De acuerdo a la temperatura de aprovechamiento se puede clasificar el aprovechamiento en de alta, media y baja, siendo sus límites:
*  Hasta 100° C: de baja temperatura;
*  Desde 100° C y hasta 300° C: de mediana temperatura;
*  Mayores a 300° C: de alta temperatura.
Los sistemas solares térmicos de alta temperatura hacen referencia a grandes instalaciones donde el principal elemento es una torre paraboloide, o un campo de helióstatos que concentran la radiación solar en una torre central, que puede alcanzar temperaturas superiores a los 4000° C; normalmente se tratan de sistemas con una caldera central de la que se obtiene vapor a alta temperatura para usos térmicos o producción de electricidad.
En cuanto a las aplicaciones de mediana temperatura, normalmente se utilizan colectores parabólicos, los que concentran la radiación solar en un tubo colector encargado de recibir y transmitir el calor, alcanzando valores de temperatura de hasta 300° C.

La energía solar térmica de acuerdo a su uso final, se puede clasificar en función de la temperatura del aprove-chamiento,  esto  dependerá  en  distintos  usos  finales  ya  sea  como  calefacción,  secado,  destilación  de  agua, cocción de alimentos. Su empleo abarca todos los sectores tanto doméstico como industrial.
Las aplicaciones a baja temperatura se emplean principalmente para la obtención de agua caliente para uso sanitario  o  para  calefacción  de  recintos.

Energía biomasa.
Se entiende por tal al conjunto de materia orgánica renovable de origen vegetal, animal o procedente de la transformación natural o  artificial  de  la  misma.  Como  fuente  de  energía  presenta  una enorme  versatilidad,  permitiendo  obtener  mediante  diferentes procedimientos  tanto  combustibles  sólidos  como  líquidos  o gaseosos. La energía que se puede obtener de la biomasa proviene de la luz solar, la cual gracias al proceso de fotosín-tesis, es aprovechada por las plantas verdes mediante reacciones químicas en las células, las que toman CO2 del aire y lo transforman en sustancias orgánicas, según una reacción del tipo: CO2 + H2O (H-COH) + O2
En  estos  procesos  de  conversión  la  energía  solar  se  transforma  en  energía  química  que  se  acumula  en diferentes compuestos orgánicos (polisacáridos, grasas) y que es incorporada y transformada por el reino animal, incluyendo al ser humano, el cual invierte la transformación para obtener bienes de consumo.

Desde el punto de vista del aprovechamiento energético, la biomasa se caracteriza por tener un bajo contenido de carbono, un elevado contenido de oxígeno y compuestos volátiles. Estos compuestos volátiles (formados por cadenas largas del tipo CnHm, y presencia de CO2, CO e H2) son los que concentran una gran parte del poder calorífico de la biomasa. El poder calorífico de la biomasa depende mucho del tipo de biomasa consid-erada y de su humedad. Así normalmente estos valores de poder calorífico de la biomasa se pueden dar en base seca o en base húmeda.

Biomasa seca.

Aquella que puede obtenerse en forma natural con un tenor de humedad menor al 60%, como la leña, paja, etc. Este tipo se presta mejor a ser utilizada energéticamente mediante procesos TERMOQUÍMICOS O FISÍCOQUÍMICOS, que producen directamente energía térmica o productos secundarios en la forma de combustibles sólidos, líquidos o gaseosos.

Biomasa húmeda.

Se denomina así cuando el porcentaje de humedad supera el 60%, como por ejemplo en los restantes vegetales, residuos  animales,  vegetación  acuática,  etc.  Resulta  especialmente  adecuada  para  su  tratamiento  mediante PROCESOS QUÍMICOS, o en algunos casos particulares, mediante simples PROCESOS FÍSICOS, obteniéndose combustibles líquidos y gaseosos.
Hay  que  aclarar  que  esta  clasificación  es  totalmente  arbitraria,  pero  ayuda  a  visualizar  mejor  la  siguiente caracterización de los procesos de conversión.

Procesos termoquímicos.

Comprenden básicamente  la COMBUSTIÓN, GASIFICACIÓN y PIRÓLISIS.

Combustión.

Es el más sencillo y más ampliamente utilizado, tanto en el pasado como en el presente. Permite obtener energía térmica, ya sea para usos domésticos (cocción, calefacción) o industriales (calor de proceso, vapor mediante una caldera, energía mecánica utilizando el vapor de una  máquina).Las tecnologías utilizadas para la combustión directa de la biomasa abarcan un amplio espectro que va desde el sencillo fogón a fuego abierto (aún utilizado en vastas zonas para la cocción de alimentos) hasta calderas de alto rendimiento utilizadas en la industria.

Gasificación.

Consiste en la quema de biomasa (fundamentalmente residuos forestoindustriales) en presencia de oxígeno, en forma controlada, de manera de producir un gas combustible denominado “gas pobre” por su bajo contenido calórico en relación, por ejemplo, al gas natural (del orden de la cuarta parte).
La gasificación se realiza en un recipiente cerrado, conocido por gasógeno, en el cual se introduce el combustible y una cantidad de aire menor a la que se requeriría para su combustión completa.
El gas pobre obtenido puede quemarse luego en un quemador para obtener energía térmica, en una caldera para producir vapor, o bien ser enfriado y acondicionado para su uso en un motor de combustión interna que produzca, a su vez, energía mecánica.

Pirólisis.

Proceso similar a la gasificación (a la cual en realidad incluye) por el cual se realiza una oxigenación parcial y controlada  de  la  biomasa,  para  obtener  como  producto  una  combinación  variable  de  combustibles  sólidos (carbón vegetal), líquidos (efluentes piroleñosos) y gaseosos (gas pobre). Generalmente, el producto principal de la pirólisis es el carbón vegetal, considerándose a los líquidos y gases como subproductos del proceso.

Procesos bioquímicos.

Se  basan  en  la  degradación  de  la  biomasa  por  la  acción  de  microorganismos,  y pueden dividirse en dos grandes grupos: los que se producen en ausencia de aire (anaeróbicos) y los que se
producen en presencia de aire (aeróbicos).

Anaeróbicos.

La fermentación anaeróbica, para la que se utiliza generalmente residuos animales o vegetales de baja relacióncarbono / nitrógeno, se realiza en un recipiente cerrado llamado “digestor” y da origen a la producción de ungas combustible denominado biogás.
Adicionalmente, la biomasa degradada que queda como residuo del proceso de producción del biogás, constituye un excelente fertilizante para cultivos agrícolas.Las tecnologías disponibles para su producción son muy variadas pero todas ellas tienen como común denominador la simplicidad del diseño y el bajo costo de los materiales necesarios para su construcción.

Aeróbicos.

La fermentación aeróbica de biomasa de alto contenido de azúcares o almidones, da origen a la formación de alcohol (etanol), que, además de los usos ampliamente conocidos en medicina y licorería, es un combustible líquido de características similares a los que se obtienen por medio de la refinación del petróleo.
Las materias primas más comunes utilizadas para la producción de alcohol son la caña de azúcar, mandioca, sorgo dulce y maíz.El  proceso  incluye  una  etapa  de  trituración  y  molienda  para  obtener  una  pasta  homogénea,  una  etapa  de fermentación y una etapa de destilación y rectificación.

En la República Argentina, al igual que en el resto del mundo, se han realizado y se realizan en la actualidad aprovechamientos energéticos de la biomasa.Uno de los aprovechamientos de mayor importancia es el dedicado a la fabricación de carbón vegetal del cual se hace uso casi exclusivo en la industria siderúrgica instalada en la provincia de Jujuy (Altos Hornos Zapla). El mismo se obtiene fundamentalmente a partir de plantaciones de eucaliptus realizadas con ese fin. También se
utiliza en otras industrias y para uso doméstico, aunque su importancia comparativa es mucho menor.
Otro aprovechamiento significativo es la utilización de bagazo de caña de azúcar como combustible para las calderas de los ingenios azucareros. En algunos casos, este combustible prácticamente permite la autosuficiencia energética de estas industrias. Relacionada con la caña azúcar podemos mencionar la fabricación de alcohol que, convenientemente deshidratado y dosificado, dio origen a la alconafta, utilizada en cierta época en varias provincia argentinas. Este proyecto no prosperó por llegarse a la conclusión de que desde el punto de vista económico no resultaba satisfactorio para la características del país.
Otros aprovechamientos los constituyen:
* El uso de leña a nivel doméstico en zonas rurales y semirurales.
* El uso de leña para calefacción (hogares).
* El uso de residuos agroindustriales (cáscara de girasol, cáscara de arroz, cáscara de maní, etc.) en calderas, para su uso térmico o eléctrico. para producir vapor de proceso.
* El uso de residuos forestoindustriales (aserrín, costaneros y viruta) para generar energía en la industria de transformación de la madera.
* La utilización de LFG (gas metano capturado en rellenos sanitarios) para generación de energía    eléctrica.
* La generación de biogás en tambos (este uso en realidad está muy poco difundido).
Es  importante  destacar  que  el  potencial  de  aprovechamiento  energético  de  la  biomasa  en  la  Argentina  es muchísimo mayor a su actual utilización y para su desarrollo futuro es menester realizar una importante tarea de difusión de las posibilidades existentes y de las tecnologías para su uso.

Eficiencia energética.

Las crecientes exigencias en eficiencia y seguridad energética por parte de las autoridades buscan lograr una mayor calidad de vida a los consumidores y un ahorro tanto económico como de recursos. En este contexto se han desarrollado dos conceptos:
El de eficiencia energética, que es una práctica que tiene como objeto procurar disminuir el uso de energía pero con el mismo resultado final. Es una optimización del consumo de energía, es decir, uso eficiente de la energía no significa consumir menos sino consumir mejor, manteniendo las mismas prestaciones, lo que a nivel de los usuarios finales se traduce en reducción del costo de la factura de energía sin disminuir el confort.
El de seguridad eléctrica que tiene por objetivo garantizar la seguridad y confiabilidad en los aparatos e instalaciones del hogar.
Dado que la generación eléctrica es en gran medida producida a partir de combustibles fósiles, una reducción del consumo implica por un lado consumir menos recursos no renovables, y por otro reduce la emisión de gases de efecto invernadero con el consiguiente beneficio ambiental.
En este marco la Dirección Nacional de Comercio Interior a través de la Dirección de Lealtad Comercial, establece en su resolución 319 de 1999 la obligación de certificar el cumplimiento de las normas relativas al rendimiento o eficiencia energética para quienes fabriquen, importen, distribuyan y comercialicen artefactos eléctricos de uso domestico en la Argentina. Asimismo se debe colocar en los mismos una etiqueta en la que se informe la eficiencia energética. Esto permite:
Reconocer el potencial de ahorro energético en los productos.
Demostrar los altos estándares de calidad.
Ofrecer a los clientes una valiosa orientación para decidir que productos seleccionar.
La Secretaría de Energía se encuentra desarrollando el “Proyecto de Eficiencia Energética en la República Argentina”, para lo cual cuenta con el apoyo de recursos de una donación del Fondo para el Medioambiente Mundial (FMAM)1 por un monto de US$ 15,155 millones, otorgados a través del Banco Mundial en su rol de agencia de implementación del FMAM.

El objetivo de desarrollo del proyecto es incrementar la eficiencia en el uso de la energía en la República Argentina, mediante el fomento de un mercado creciente y sustentable de servicios de eficiencia energética, contribuyendo a reducir los costos de la energía de los consumidores y a la sustentabilidad en el largo plazo del sector energético argentino.El objetivo global del proyecto es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero eliminando las barreras regulatorias, de financiamiento e informativas que impiden actividades e inversiones en eficiencia energética y conservación de energía. 

El periodo de ejecución del Proyecto será de SEIS (6) años.
El “Proyecto de Eficiencia Energética en Argentina” comprende tres componentes básicas, y prevé un amplio espectro de estudios, consultorías, equipamiento y/o implementaciones, programas de capacitación y promoción, en las siguientes áreas:
Componente I: Desarrollo del Fondo de Eficiencia Energética
(a)           Desarrollo de diagnósticos energéticos y ejecución de estudios de factibilidad para inversiones de Eficiencia Energética (EE )
(b)           Desarrollo del Fondo Argentino de Eficiencia Energética (FAEE)
Componente II: Desarrollo de un Programa de EE en empresas distribuidoras de energía eléctrica

(a)           Sustitución de lámparas incandescentes por lámparas compactas fluorescentes
(b)           Diseminación y capacitación

Componente III: Fortalecimiento de Capacidades en EE y gestión del Proyecto

(a)           Elaboración de propuestas de políticas y regulaciones impositivas y financieras para la promoción de actividades de EE en el sector energético
(b)           Programa de Normalización, Etiquetado, Certificación y Ensayos
(c)           Desarrollo de capacidades de ESEs (empresas proveedoras de servicios energéticos)
(d)           Programas de capacitación, información y difusión

Tarifas.

Las tarifas de los servicios públicos no siempre son fácilmente interpretadas por los usuarios; tampoco suele resultar demasiado sencillo efectuar comparaciones entre distintos prestadores. Estas dificultades son habituales en la interpretación de facturas de energía eléctrica; lo que acontece producto de diversos factores que intervienen en la composición de las distintas tarifas. 
A los efectos de tratar de explicar las principales variables que gravitan de diferente manera en su composición, cabe mencionarse elementos de distinta índole, los que obedecen a razones políticas, geográficas, metodologías aplicadas por empresas proveedoras, criterios propios del prestador, estrategias y, potencial del mercado. 
El país está abastecido de energía eléctrica básicamente a través de las Grandes Unidades Generadoras “GUG”; (siendo las principales en Megavatios “MW”: Yaciretá, Central Térmica Costanera, Salto Grande, Central Puerto, Piedra del Águila, El Chocón, etc.) El transporte se realiza mediante una vasta red denominada Sistema Argentino de Interconexión “SADI”, colectando y distribuyendo la potencia eléctrica proveniente de las GUG y otras usinas complementarias. 
La comercialización mayorista esta a cargo de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima. “CAMMESA”, mediante el Mercado Eléctrico Mayorista, “MEN”, que en definitiva es quien factura la energía a las grandes empresas distribuidoras, tanto privadas como EDENOR, EDESUR o EDELAP, como a las empresas provinciales, tales como: EPE, EPEC, APE, etc. 
Es importante destacar que no a todas las provincias CAMMESA les factura el mismo valor. A manera de ejemplo, cabe citar que las patagónicas, inclusive La Pampa, reciben la energía con una importante bonificación respecto las provincias centrales. A su vez cada empresa provincial tiene la potestad de fijar pautas propias, en lo concerniente a demanda, políticas comerciales respecto a usuarios directos, grandes consumidores y cooperativas. De todas maneras, las autonomías de los actores se encuentran limitadas y, supeditadas en varios aspectos por la regulación imperante que procede desde la Secretaría de Energía de la Nación. 
También es oportuno señalar que un criterio generalizado (de larga data) empleado en varias provincias es que a mayor consumo, considerablemente más alto se fijaba el precio del kilovatio; el razonamiento de tal concepto supone que quien más energía utiliza ostenta mejor poder adquisitivo.
Para una mayor comprensión del tema estudiado, es necesario realizar un análisis pormenorizado de cada uno de los rubros que componen la factura:
En primer termino, los datos básicos exigidos por las normas legales son:

-         Datos del usuario
-         Datos de Categoría y Tarifa
-         Datos y Registros del medidor
-         Datos de la factura y condiciones
Por su parte la liquidación comprende:

Inversiones Recientes.

Tras la crisis de 2001, las inversiones en el sector se estancaron debido a la caída de la demanda industrial y al exceso de inversiones de fines de la década del ’90. Sin embargo, hacia 2004 la recuperación económica había absorbido el exceso de capacidad existente por lo que el Gobierno Nacional encaró una serie de proyectos tendientes a ampliar la capacidad de generación y a asegurar la capacidad de transporte de la misma. A través un fuerte programa de inversión pública los proyectos contemplaban la finalización de obras en curso que se habían estancado por falta de financiación (Yacyretá, Atucha II), la capitalización de deudas con generadoras (FONINVEMEM) y el lanzamiento de nuevas obras. En una primera etapa se encaró la construcción de centrales térmicas (FONINVEMEM, centrales de ENARSA) y hacia el futuro se buscó diversificar la oferta con hidroeléctricas (Chihuido en Neuquén, Cóndor Cliff y Barrancosa en Santa Cruz), nucleares (CAREM en Formosa, Atucha III) y energías renovables (ver infra).
Los grandes lineamientos fueron incorporados en el Plan Energético 2004-2013 y consisten en:
· La terminación de la Central Hidroeléctrica Yacyretá a 83 metros sobre el nivel Del mar.
· La terminación de la Central Nuclear Atucha II, que aportará 735 MW a partir de 2010.
· La construcción, a partir del Fondo para Inversiones Necesarias que permitan Incrementar la Oferta de Energía Eléctrica en el Mercado Eléctrico Mayorista (FONINVEMEM), de dos centrales de ciclo combinado localizadas en Rosario y Campana que aportan 1.600 MW de potencia, inauguradas entre 2009 y 2010.
· La construcción de las Centrales Hidroeléctricas Barrancosa y Cóndor Cliff con el objetivo de aprovechar el Río Santa Cruz, que aportarán al sistema eléctrico argentino 750 MW en el 2012 y 1.400
MW más en el 2013.
· La Central Hidroeléctrica Caracoles en la provincia de San Juan de 120 MW inaugurada en 2010.
· La construcción de la Central Carboeléctrica en Río Turbio que aportará 240 MW partir de 2011.
La creación en 2004 de una empresa pública con el objetivo de colaborar en el desarrollo de la actividad energética en el país, implicó un importante cambio en el abordaje de la problemática del sector, asumiendo una mayor responsabilidad y participación del Estado en el mercado energético. Por otra parte, la reactivación del activismo público en materia de energía nuclear implicó un importante quiebre respecto de lo ocurrido en las décadas pasadas. En este sentido, no sólo el desarrollo del Plan Estratégico para el Sector Nuclear, sino también la finalización de las obras de la tercera central nuclear del país (Atucha II)y el proyecto de construcción de una cuarta central, marcan la revitalización de una actividad, que luego de más de veinte años de estancamiento ha retomado su crecimiento. La importancia estratégica que reviste la actividad nuclear para la Argentina, sobrepasa con creces sus aportes en materia de generación eléctrica, en tanto se trata de una actividad con grandes potencialidades no sólo científicas y tecnológicas sino también productivas.

Conclusiones.

En los últimos años el sistema de generación eléctrica argentino ha logrado expandir considerablemente su capacidad de oferta gracias a la implementación de un importante programa de inversiones que logró dar respuesta a las necesidades de una demanda en expansión. La articulación de esfuerzos y capacidades entre el sector privado y público constituyen un importante logro que ha permitido despejar las dudas e incertidumbres sembradas respecto de la capacidad de respuesta del sector eléctrico frente a un entramado productivo y un consumo domiciliario en franca expansión.
Por otra parte, y más allá de los resultados mencionados en materia de expansión de la oferta, deben destacarse también los cambios en el paradigma de intervención estatal respecto de las necesidades del sector. En este sentido, aparecen una serie de medidas trascendentales caracterizadas por un mayor activismo y compromiso público respecto de las necesidades del sector.
La creación de ENARSA, la reactivación de la energía nuclear y el impulso a las energía alternativa y renovables resaltan como algunas de las medidas más importantes que permitieron no sólo responder a las necesidades del presente, sino también modifican las posibilidades del sector energético nacional para los próximos años.

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